Ahora que podemos salir a practicar nuestro deporte favorito en espacios públicos, ¿qué te parece si hacemos un resumen de las mayores locuras que se han cometido durante el confinamiento?
El ejército de “friquis” ha sido muy diverso. Por un lado, deportistas profesionales que tienen, por contrato, la obligación de mantenerse en forma con miras a una futura liberación; por otro, los aficionados. Desde el más fiel “popular”, cumplidor escrupuloso de sus planes semanales, hasta el ex-sedentario que, obligado por el encierro, descubre ahora las excelencias del deporte-salud.
Para prueba, unos ejemplos;
-Jan Frodeno, “quiero nadar 3,8 kilómetros, hacer 180 kilómetros en bicicleta y correr un maratón. Todo en casa, entre el amanecer y el ocaso”, escribió en sus redes sociales.
Comenzó a las 8.00, con retransmisión en directo en su cuenta de Facebook. Obviamente, utiliza su piscina, una bicicleta estática y una cinta de correr. Los aficionados pueden acompañarlo, mediante la plataforma Zwift, en los segmentos de ciclismo y maratón.
-La estadounidense Brooke Raboutou publicó un vídeo en el que aparece escalando por los muebles de su cocina hasta llegar a la nevera. “El tour de la cocina. No se preocupen, después de hacerlo lavé la encimera tres veces”, advierte.
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